martes, 13 de diciembre de 2011
Charles Baudelaire "Las flores del mal"
miércoles, 30 de noviembre de 2011
El filo de la oscuridad
Los ojos, como jueces, se mueven al son del baile decadente que la llama ofrece. Cruzándose miradas esquivas como testigos de aquel pecado que deben velar. Resplandece el rocío acumulado entre los pétalos de la rosa contenida entre sus manos, señal de todo el dolor que nunca pudo expresarse. La roja luz palidece al salir por la ventana, crueles ruinas del tiempo pasado.
Allí, a lo lejos, el oro de unos cabellos se torna en plateados hilos de terciopelo que una araña teje entre sollozos. Vence al alba el eterno trabajo, castigo y destino de titanes desdichados. Bajo las ramas de aquel árbol testigo de tantos encuentros. Desnudo, tras tantos acontecimientos, desnudo como tantas otras veces. Mudo vigía de la tensa espera...
"No de otro modo pierde sus hojas el árbol otoñal en torno suyo. No lo siente, y la lluvia, la escarcha y el sol resbalan por su tronco, mientras su vida se retira a lo más íntimo y recóndito. No muere. Espera"
(Juan García)
Ahora sólo queda afrontar el futuro, la perdida batalla frente al tiempo. No hay vencedores, sólo vencidos. Queda mirar al horizonte, donde el brillo del sol sobre los hilos de la telaraña se confunden con la aurora, donde todo se apaga como el ocaso del cirio prendido.
lunes, 7 de noviembre de 2011
El cisne
Tus labios, ardientes, deseosos de la miel que ellos prometen. Esperando su hora, sabiéndose negados, por tantas personas... Algún día, se prometen, algún día alguien los buscará y ese día se abrirá aquella amapola tardía, aquella flor que nadie quiso. A solas con el mundo, solo sabes disculparte por algo que nunca ocurrió. Seguirás con tu incansable historia de amargura y soledad, mientras todo prospera, radiante, feliz. Lleno de futuro.
Pero entre todo aquel prístino sentimiento, el brillo verde de la esperanza te hace confiar en que aquel cisne que reside en tu corazón, en tu alma ajada, renacerá, terminando con todo el sufrimiento, prometiéndote ese futuro feliz, cálido como un beso.
Y hasta que llegue ese día, el ave permanecerá dormida, en sueño eterno. Con los ojos entornados y el cuerpo yaciente sobre todas aquellas palabras que le sirven de nido. Enterrado bajo el mar de tinta que tantas veces ha inundado tus ojos. Tu cuerpo, como un cruel oráculo, enferma, sabiendo que en otro lugar, alguien abraza a otra persona, olvidando tu existencia. Y tus manos condenadas a abrazar el cadáver para mantener el calor que tanta falta le hace al espíritu animal que encierras dentro de ti...
jueves, 3 de noviembre de 2011
"The Cabal" Elvenking
lunes, 24 de octubre de 2011
La Sirena
Así me encuentro. Mirándome en el espejo y viendo como el tiempo produces sus estragos en mi pelo, en mi piel, cada día más gris, cada día más dura. Preguntándome cuando ha de llegar el momento, cuando será el momento de empezar a sentir todo aquello que las canciones y los poetas prometen.
No creo que seas tú la que deba entregarme aquel tesoro guardado durante tantos siglos. No serás tú, debido a tu comportamiento inhumano. Bestial efigie hasta ahora camuflada en la pérfida sonrisa de los ojos amantes. No creo en tu amor. Has demostrado todo lo contrario durante demasiado tiempo. Tu encanto es tan mortal como el canto de la sirena. Bello rostro y oscuras intenciones...
Lo único que puedo aceptar son tus besos envenenados, como rosas cargadas de ira, colocadas tranquilamente en el borde de un precipicio que amenaza con devorarnos. Reunir todas mis palabras y esparcirlas en el fuego eterno de la condena en la que ahora me encuentro. Poco a poco conseguiré escalar y encontrar la luz. Y de ese modo recuperaré todo el tiempo que he perdido y toda la vida que me has quitado.
domingo, 23 de octubre de 2011
viernes, 7 de octubre de 2011
Rescatado de mi cofre de recuerdos...
lunes, 26 de septiembre de 2011
El aleph
No puedo entender el dolor al que se ven sometido mis seres queridos. Heridos por la espada que ellos mismos forjaron. Aludiendo al desuso y al óxido, el daño es certero, demasiado real, incluso sin ser intencionado. La misma incomprensión es la que destroza mi interior, como un tigre recién enjaulado que encuentra la libertad al alba. No hay rencor, ni venganza. Hay dolor allí donde miro... Sin culpables, aunque todos velan su pecado.
¿Y yo? Despierto. Atrapado en la nieve que lo cubre todo. Perdido dentro de mi propio laberinto. Cristalino dédalo invisible. Ruín destino que se mofa de mis intentos por avanzar. Y una y otra vez mis pasos se encuentran con la dura pared, que me impide seguir adelante. Y la invisible construcción me permite ver como fuera, todas aquellas personas que se lo proponen prosiguen su ruta... olvidándose de aquel cuya impune penitencia litiga con un futuro cada vez más borroso, completamente diferente al infierno en el que me veo inmerso.
Y sigo soñando que un día ella vendrá a rescatarme, como Ariadna. A liberarme de este laberinto en el que yo mismo soy el Minotauro que me tiene preso. Ella con su benevolente sonrisa, con sus ojos cargados de libertad. Sacrificando el pan y el vino, perdidos en mitad de tantos recuerdos... ella, el ovillo de oro que tanto he soñado. El mayor tesoro que jamás quimera o esfinge ha guardado. Media vida y medio destino, que nunca podrá entrar dentro de este Aleph, dentro del escudo que yo mismo tejí.
Y sin embargo un día soñé que lo conseguía, y fuí la persona más feliz de este mundo, que poco a poco iba floreciendo. Pero la vida con su lívida máscara, se ha encargado de matar a sueños como esos, con el dulce abrazo del vino del estío... con el dulce abrazo del desierto... de la sed de besos
sábado, 10 de septiembre de 2011
viernes, 2 de septiembre de 2011
Melancolía
Una triste lágrima es lo único que me queda. Una brisa despeinada que desaparece a cada segundo que pasa, marchitándose como yo, lejos de tu voz. Ahora condenado al olvido, tras tanto luchar. Sumido en la derrota, aceptando el cruel final que cae en mí como la espada de Damocles, subyugado al destino inapelable. El juez del dios llamado tiempo.
Bajo el despojo que queda cuando muere el verano. Bajo este frío y ceniciento cielo, una solitaria estrella señala a mi corazón. Solitario y pendenciero, guardián oscuro de obsidiana. Inerte, inerme, cautivo y desolado. Que suspira...
Y aún así... un leve recuerdo tuyo hace florecer en mí una sonrisa...
lunes, 29 de agosto de 2011
La pared
Se erige ante mí la palpitante pared que separa nuestras almas. A veces derretida, hoy firme y recia. Dispuesta a desafiar con su dureza el más mínimo anhelo o deseo. Aspiraciones que suspiran, desenterrando viejos fantasmas. Desechos de sentimientos. Emociones malheridas como albinas polillas de invierno. Frágiles figuras de vítreo semblante, quebradas de olvido.
Y la pared, cuyos ladrillos encierran osamentas de miles de te quieros. Ruinas de aquel palacio prometido en el ebrio delirio de un corazón que ansía libertad, protección, comunión con otro por igual.
La pared, yugo y laberinto, paraíso y edén. Jardín de las Hespérides, morada de desdichas y manzanas doradas, cargado de rosas envenenadas, embriagadas de aquel olor que resucita quimeras, las amamanta y serena. Disfraza de sirenas, condena al sufrimiento.
La pared, aquella pared donde reposo, olvidado, desprendido, condenado, cautivo y libre, preso y desterrado.
Quién aceptará mi destino, se ofrecerá voluntario para sufrir. Para abrazar al olvido y la tristeza. Quién osará salvar un reino condenado, sólo salvado por un beso que cada vez está más lejos...
domingo, 7 de agosto de 2011
La telaraña
viernes, 29 de julio de 2011
"Nada es imposible", Skizoo
como enigmas bajo el mar.
Conciencias libres,
que pesan cada vez más.
Hay tantas formas de hacer
de este mundo algo demencial,
que a veces me asusta.
Hay tantas formas de fe,
como señuelos que alcanzar.
Conejos blancos que Alicia
deja escapar.
Hay tantas formas de ver,
este mundo irracional,
que a veces me abruma.
Todavía podemos pedirnos perdón
y hacer de esta vida un invento mejor,
nada es imposible si rompes cadenas.
Todavía no es tarde para el corazón,
que puede elevarte a un nivel superior,
nada es imposible si orientas tus penas
al sol.
Hay tantas formas de arder,
como maneras de estallar.
Sucesos que no nos dejan de
salpicar.
Hay tantas formas de hacer,
de este mundo algo demencial,
que a veces me asusta.
Todavía podemos pedirnos perdón
y hacer de esta vida un ensayo mejor,
algo invencible corre por tus venas.
Todavía no es tarde para el corazón,
que puede elevarte a un nivel superior,
nada es imposible si orientas tus penas
al sol.
Hasta dónde vamos a llegar,
dímelo tú, que ya no soy capaz.
Verme en ti me sabe fatal.
¿Hasta cuándo vamos a esperar
a que esta luz aporte claridad?
Apenas sé diferenciar, entre el bien
y el mal.
Fragmento "El Profeta", Khalil Gibrán
martes, 19 de julio de 2011
martes, 12 de julio de 2011
La despedida
Podemos estar seguros que ese adiós romperá en mil pedazos nuestros corazones, pero poco a poco, con cada palabra que nos dediquemos, cada recuerdo que brote de entre las sombras, cada anécdota revivida, se unirán aquellas partes. Y esas cicatrices nacientes no serán sino nuestros nombres tejidos a fuego en nuestra piel, tatuados con nuestra sangre. Dulces hojas de una hiedra que nos besa las mejillas.
Paso a paso, llegamos a este punto. Temerosos. Confiados. Con cautela y miedo. Pero debemos ser fuertes. Mirando hacia atrás sólo lo justo, orgullosos de todo aquello que fuimos, de todo lo que seremos. Porque esto no acaba aquí. Aunque nos despidamos.
No dudes nunca de que te he querido, de que te quiero.
No podría habértelo dicho si no fuera verdad. No llores. No derrames una lágrima por mí. Te estaré esperando. Aquí, en mitad del jardín que construimos, regando aquella madreselva que dio los frutos de todo el cariño que nos tenemos.
No llores. No sufras por mí. Tenemos que enfrentarnos a esto aunque tengamos miedo. Los vínculos forjados no podrán desaparecer, fundiéndose en la nada, por mucho que hayamos sufrido. Mira el horizonte que se dibuja.
¿Ves aquella estrella? Es el símbolo de lo que tenemos. Cada vez que te sientas mal, podrás ver como brilla para reconfortarte. La distancia no es óbice para que esto termine.
No llores. No debes sufrir. Yo siempre estaré ahí, esperándote. Cuidando de ti...
viernes, 8 de julio de 2011
La espera
martes, 5 de julio de 2011
Orpheus
En mitad de mis oscuridades, tu belleza brota como aquella rosa nocturna, cuyos pétalos ungen mi piel, sumiéndome en el dulce ensueño que me produce una simple caricia.
Rocío noctívago que medra en las estrellas, dejando aquel aura que forma tu cuerpo, impregnando mis recuerdos en tu aroma, en tu sal, en mi llanto. En mis noches más oscuras.
Cruel destino, el que me hace no tenerte, viéndote cada vez más lejana, difusa en mis anhelos, oscura e insegura junto a mí. Yo, que como aquel caballero me enfrenté a tantos demonios ajenos, dejando que los propios colonizaran mi espíritu ennegreciendo mi alma. Yo, que ahora no sé defenderte de todo lo que te aflige.
Épica batalla no afrontada. Por miedo desertada, perdida, infructuosa. Ávida de sangre empobrecida, rica en lágrimas ofertadas en tributo efímero a unos dioses que me niegan.
Desterrado anacoreta. Exiliado cenobita. Ermitaño de tu nombre. Perdido en la nave que surca aquellos mares desconocidos, esbozados sólo por extraños aventureros que destrozan las aguas con sus barcos, desgarrando las olas. Dejando un reguero negro de pasión, sangre de alquitrán desposeida. Negros ojos de oscuras almas.
Es la indecible cita. La frase no pronunciada. Un te quiero que expira. Una declaración que se diluye en el océano, en el vasto azul, en las estrellas, en los abismos... Frenesí cinegético de monstruos y sirenas. De sinrazones. De incomodidades...
Si pudiera decir todo aquello que siento. Si pudiera explicar todo lo qe mi alma grita. Si supieras que todo aquello que escribo, va dedicado a ti...
lunes, 4 de julio de 2011
viernes, 1 de julio de 2011
La última flor
lunes, 27 de junio de 2011
jueves, 23 de junio de 2011
La misma historia de siempre
lunes, 20 de junio de 2011
Pido silencio
No todo está perdido...
jueves, 16 de junio de 2011
En lo más íntimo...
Ser uno con tus labios, atrayentes y adictivos, que con una solitaria mirada me dicen todo.
Discurso
Hoy haciendo un gran esfuerzo, dado el emotivo momento en el que nos encontramos, dejaré de ser yo por unos instantes. Aunque más bien seré ese yo que apenas conocemos, ese Ricardo serio y entregado, seguro de sí mismo y capaz de decir un texto sin encadenar decenas de chistes. Ese que todos somos, ese que todos esperamos.
¿Cómo empezar a describir todo lo que sentimos? ¿De qué manera puedo yo, en un humilde gesto, plasmar en este pequeño discurso todo aquello que nos pasa por la mente? Son momentos duros, momentos difíciles. Como cada vez que se termina una etapa, y muy señores míos, esta etapa, por mucho que nos cueste afrontarlo, ha acabado.
Después de cinco años, aquí nos vemos. Ya mayores y maduros. Con las ideas asentadas y el corazón mucho más fuerte. Un corazón que ahora se deshace en pequeños trozos para acompañar a todos aquellos que durante estos cinco años han formado parte de nuestra vida. Todos aquellos que nos han acompañado en este viaje, un viaje plagado de risas y de desengaños, de momentos buenos y momentos malos, de exámenes, de fiestas, de interminables horas entre clases y prácticas o viceversa, de sesiones de desahogo en la cafetería, en el pasillo, en mil y un bares…
Son momentos que nunca podremos olvidar. Y aunque peque un poco de extremista, son los momentos que siempre recordaremos. Por que aquí un servidor, aparte de aprender, ha vivido. En esta universidad, en este magnífico campus, se ha encontrado a sí mismo, a sí mismo y a todos aquellos que le han formado, no solo como profesional, sino como persona. Y no hablo sólo de los alumnos, sino también de los profesores, que merecen un muy sentido aplauso por su inagotable paciencia y por su perseverancia. Ellos nos han formado. Ellos nos han enseñado todo lo que sabemos...
Dicho esto, no olvidar a cada uno de mis compañeros. Aquí hemos tenido la suerte de encontrar a personas maravillosas y sería muy presuntuoso de mi parte afirmar que me llevo 56 amigos, porque no es así, todos lo sabemos. Sin embargo, cada uno sabe cual ha sido su rol en mi vida, más lejano o más cercano, más amigo o enemigo. Y me gustaría que tuvierais claro que más allá de todo lo pasado, sería imposible para mí olvidaros.
Sería imposible olvidaros porque me llevo muchísimos recuerdos conmigo. Cada una de las horas que hemos pasado juntos me ha hecho mejor persona. Me ha marcado en lo más íntimo. Ha dado forma a mi corazón y a mis sentimientos. Ha sido el mejor regalo que estos cinco años me han podido hacer.
Sería imposible olvidar esas fiestas hasta las tantas de la madrugada. Esas tardes de cervezas. Esas mañanas de tostadas. Las excursiones al centro para comernos esos molletes de jamón. Los congresos desfasados. La semana de Riviera Maya. Cada una de las excusas que hemos buscado para estar más cerca unos de otros, labrando este vínculo que ahora nos une, forjado con el metal con el que se hacen los sueños, con lo que están hechas las esperanzas. Cada vez que recuerdo esos momentos, me aterra más lo que estamos viviendo. Esta horrenda despedida.
Porque, sí lo sé, seguiremos viéndonos, o al menos lo intentaremos. Pero no será lo mismo. Ahora solamente nos queda ser valientes. Afrontar esta despedida no como un adiós, sino como un hasta pronto.
Un hasta pronto, porque aunque nuestros caminos se bifurquen y estemos anegados en la incertidumbre de saber qué será de nuestras vidas, podemos estar seguros de en alguna parte, a dos metros o a centenares de kilómetros, alguien estará cuando lo necesitemos. Alguien dibujará una sonrisa cuando escuche palabras como cenote o mapache. Porque además de la banda de egresados y de la orla, llevamos una mochila cargada de recuerdos. Imborrables e imperecederos.
Y como me dijo aquél gran filósofo llamado Chiscovié “Habrá que disfrutar del momento y alegrarse de que nos dé pena terminar esta etapa, porque peor sería terminarla impasible. Tú me entiendes, sería una pena no darme pena!”
Sería una pena despedirnos con una lágrima, sería una pena no darnos cuenta de que aún estando lejos, estamos cerca. Sería una pena no poder cerrar esta etapa y vivir en el pasado. Sería una pena no abrir nuestras manos y abrazar el futuro que nos espera.
Y no quisiera despedirme sin antes pediros un favor. Aunque no os pueda pedir que no lloréis, porque no todas las lágrimas son amargas, lo que si puedo pediros es que, al menos, a la vez que nos despedimos, una sonrisa aflore en vuestra boca. Una sonrisa que espero sea la firma de estos cinco años.
Muchas gracias.
miércoles, 8 de junio de 2011
El graduado
martes, 31 de mayo de 2011
El mayor terror
No sé que sería de mí si un día ya no estuvieras. Sé que algún día me dejarás, pero no podría soportar que fuera así, de repente, sin avisar.
No imagino que de impreviso me niegues tus caricias y tus abrazos. Que me dejes solo en esta vida, privado de tu compañía, sin tu hombro para llorar. Sin esa sensación de seguridad cada vez que escucho tu voz. Sin ese miedo extraño que me da defraudarte. Sin esas ganas constantes de saber que te enorgulleces de mí.
Qué sería de mí si mañana me levanto y no estás.
Siento un miedo tremendo a que me abandones.
La oscuridad del silencio
Pero gracias a ellos (o por su culpa, según se mire) llevo dos semanas intentando comprender qué es lo que funciona en mi cabeza, qué siento y que deseo. Y, aunque todavía no lo he encontrado de lo que si puedo estar seguro es de lo que no siento y lo que no deseo.
Esos malditos silencios, que no se pueden llenar con palabras porque son demasiado profundos. Esos malditos silencios que no hacen más que recordarnos que todo aquello que teníamos, aquel jardín mío, nuestro, aquella maravilla que ambos construimos con las manos y con el solo poder de nuestros anhelos, aquello que tanto quisimos se muere lentamente, como nosotros mismos, que vemos como nos alejamos irremediablemente el uno del otro. Quedando eso, silencio.
Y qué hacer ahora que nuestros caminos se bifurcan. Qué no hacer. Pero lo más importante, cómo puede ser que en lugar de querer guardar todos nuestros recuerdos lo que más me apetezca sea enterrarlos como si de una nao vikinga se tratara. Como evitar acercar la cerilla que prenderá lo poco que queda de nuestros corazones, quizás en un vago intento de inflamarlos, quizás sólo para terminar con la oscuridad de esos malditos silencios...
miércoles, 25 de mayo de 2011
lunes, 23 de mayo de 2011
jueves, 19 de mayo de 2011
Hundimiento e ira
Hay veces que el mundo te da la espalda, que te ves maldito por alguna fuerza sobrenatural ajena a ti mismo y cuando intentas hacerle frente, ves como su inmensa sombra oscurece la luz más poderosa.
En esos momentos de soledad impuesta es donde tu alma llora, mortalmente, deshaciendo lo más profundo de tu interior, desdibujando las sonrisas. Osas sonreir siquiera un momento, pero las miradas se clavan en tu cuerpo, como dardos envenenados, derritiendo los anhelos de resurgir entre las cenizas. Y lo peor es que nadie te mira.
Vas a lugares plagados de gente, donde se había requerido tu presencia y sólo puedes enviar un leve fantasma de tí mismo. Ese fantasma es más tu que nadie, pero no parece cumplir su cometido.
Y luego, en el hundimiento de la soledad, lloras de rabia contenida, rogando una mano amiga que seque tus mejillas, con sus manos, con sus brazos, con sus labios, con una caricia, con un abrazo, con un beso... Pero nunca hay nadie, sobretodo si ya te has despedido...
La ira no puede acompañarte en tu soledad, y la soledad te llena de ira. Esclavo en un circulo vicioso, que cava tu esférica tumba, donde al final, cuando tu corazón ya no puede exudar más lágrimas, reposas, tranquilo, dormido como un niño pequeño.
viernes, 6 de mayo de 2011
El cambio
miércoles, 4 de mayo de 2011
Eris
A ti y a todo lo que representas
Te odio por no ser mía.
Por haberte transformado en lo que soy.
Un ser dependiente.
Alguien que te necesita.
Porque ahora no sé vivir solo.
Quiero que me mires,
que me mimes,
que me abraces y me beses.
A mí, sólo a mí.
Me has convertido en un ser egoísta.
En alguien que te busca en todas partes.
Alguien que pone su alma en cada mirada.
En cada batida a ninguna parte.
Para encontrarte,
a ti,
siempre desaparecida.
Alguien que te busca en cada palabra,
en cada mirada distraída,
en cada suspiro y estrella.
En la tempestuosa neblina
de un mañana incierto.
Alguien que no sabe encontrarte…
Por eso te odio,
porque te extraño a mi lado,
y tú…
tú no lo ves.
Porque se desgarra mi corazón
cada vez que veo tu retrato,
porque lloro como un niño
cuando no estás…
Algo en mi ha nacido
y me ha cambiado.
Con tu amor me has matado,
por eso te odio…
por no saber amarte…