miércoles, 30 de noviembre de 2011

El filo de la oscuridad

Y en la tensa espera de la noche, la llama prende el último suspiro que en la vela quedaba tras tanto tiempo encendida. Consumida, se debilita en ella la luz que resplandece en los cristales de las fotos que penden de las paredes. Titila el resplandor bajo fulgor hialino, endureciendo las facciones de los rostros alegres que se encierran en los recuerdos.

Los ojos, como jueces, se mueven al son del baile decadente que la llama ofrece. Cruzándose miradas esquivas como testigos de aquel pecado que deben velar. Resplandece el rocío acumulado entre los pétalos de la rosa contenida entre sus manos, señal de todo el dolor que nunca pudo expresarse. La roja luz palidece al salir por la ventana, crueles ruinas del tiempo pasado.

Allí, a lo lejos, el oro de unos cabellos se torna en plateados hilos de terciopelo que una araña teje entre sollozos. Vence al alba el eterno trabajo, castigo y destino de titanes desdichados. Bajo las ramas de aquel árbol testigo de tantos encuentros. Desnudo, tras tantos acontecimientos, desnudo como tantas otras veces. Mudo vigía de la tensa espera...

"No de otro modo pierde sus hojas el árbol otoñal en torno suyo. No lo siente, y la lluvia, la escarcha y el sol resbalan por su tronco, mientras su vida se retira a lo más íntimo y recóndito. No muere. Espera"
(Juan García)

Ahora sólo queda afrontar el futuro, la perdida batalla frente al tiempo. No hay vencedores, sólo vencidos. Queda mirar al horizonte, donde el brillo del sol sobre los hilos de la telaraña se confunden con la aurora, donde todo se apaga como el ocaso del cirio prendido.

"Ríe, payaso
sobre tu amor despedazado
ríe del dolor que te envenena el corazón"
(Ridi pagliaccio - Pagliacci)

1 comentario:

  1. Genial como siempre, parece que seamos iguales con diferente "cáscara". Sabes que aquí estoy. Ríe payaso...ríe.

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