lunes, 7 de noviembre de 2011

El cisne

¿Y tú? A nadie buscas y nada encuentras. Sólo el malestar de la soledad, el frío beso de la nada. Una mirada de hielo que congela tu alma implorante, ardorosa, helada por tantos años. Y que se refleja en la superficie pulida y brillante del espejo formado por la mezcla de lágrimas y restos de ginebra.

Tus labios, ardientes, deseosos de la miel que ellos prometen. Esperando su hora, sabiéndose negados, por tantas personas... Algún día, se prometen, algún día alguien los buscará y ese día se abrirá aquella amapola tardía, aquella flor que nadie quiso. A solas con el mundo, solo sabes disculparte por algo que nunca ocurrió. Seguirás con tu incansable historia de amargura y soledad, mientras todo prospera, radiante, feliz. Lleno de futuro.

Pero entre todo aquel prístino sentimiento, el brillo verde de la esperanza te hace confiar en que aquel cisne que reside en tu corazón, en tu alma ajada, renacerá, terminando con todo el sufrimiento, prometiéndote ese futuro feliz, cálido como un beso.

Y hasta que llegue ese día, el ave permanecerá dormida, en sueño eterno. Con los ojos entornados y el cuerpo yaciente sobre todas aquellas palabras que le sirven de nido. Enterrado bajo el mar de tinta que tantas veces ha inundado tus ojos. Tu cuerpo, como un cruel oráculo, enferma, sabiendo que en otro lugar, alguien abraza a otra persona, olvidando tu existencia. Y tus manos condenadas a abrazar el cadáver para mantener el calor que tanta falta le hace al espíritu animal que encierras dentro de ti...

I feel a decadent poet
Forced to bury his art
forced to bury his own heart
(Elvenking - "The cabal")

Obligado a enterrar todo aquello que sientes, los trozos que aún quedan de tu maltrecho corazón, en aras de salvar a alguien que tiene la llave de tu vida pendiendo en su cuello y su propia salvación al alcance de la mano. 

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