viernes, 1 de julio de 2011

La última flor


Sólo tu amor no es suficiente. De pie, frente al acantilado que lleva nuestro nombre, recojo la flor que crece ante mis pies. Una flor que huele a ti. La última flor. Un mísero paso en falso y la hubiera pisado, pero algo en mi me hizo frenar. Hasta siendo descuidado protejo nuestro reino.

Pero tú... Tú pareces no estar dispuesta a hacerlo. No fuimos nunca nada más que amigos y
nunca pretendí otra cosa. Sin embargo te quise como a nadie. Como las hormigas a aquel verano que nunca tuvieron. Para mí tu amistad significaba tanto y ahora...
Yo quise comprobar lo que sentías, cansado de esperar siempre aquella llamada que nunca llegó. Me alejé un momento, camuflado, volando sobre ti como un diente de león. Procurando no abandonarte nunca, aunque mi presencia fuera leve. Intentado estar ahí si lo necesitabas, pero sin dejarme ver. Fantasma protector que te acompañaba.

Pero tú... Tú dejaste que poco a poco, mi reflejo se fuera marchitando. Mi voz, mis manos, mi cuerpo que intentaba abrazarte, se fueron borrando poco a poco, transformados en brisas vanas que viajaban con tu estela de bondad, con tu aura de cariño. Y un brillo verdoso, del color de los ojos de la madre tierra, se aferraba a los tuyos. Perenne anhelo de que me recordaras.

Ahora me preguntas y me buscas, sin saber nuestro pecado. Sin conocer de nuestra falta. Ajena al problema. Ignorando todo lo que por mi cabeza ha pasado. Y no te importa. O no lo demuestras. Intentas arreglarlo todo con abrazos. Sin hablar. Pero tu amor solamente no es suficiente.

Y si miras las fotografías que nos hicimos en los días felices, apareces sola, sin saber cómo, sabiendo que alguien estaba allí contigo, sin conocer quién o sin desearlo, y una figura borrosa te brinda un flor desde aquel marco. La última flor, aquella que huele a ti....

No hay comentarios:

Publicar un comentario