lunes, 29 de agosto de 2011

La pared

Como esperar algo que sabes que nunca va a llegar. Como forzar a tu corazón a aceptar una noticia que tu alma no podrá soportar.

Se erige ante mí la palpitante pared que separa nuestras almas. A veces derretida, hoy firme y recia. Dispuesta a desafiar con su dureza el más mínimo anhelo o deseo. Aspiraciones que suspiran, desenterrando viejos fantasmas. Desechos de sentimientos. Emociones malheridas como albinas polillas de invierno. Frágiles figuras de vítreo semblante, quebradas de olvido.

Y la pared, cuyos ladrillos encierran osamentas de miles de te quieros. Ruinas de aquel palacio prometido en el ebrio delirio de un corazón que ansía libertad, protección, comunión con otro por igual.

La pared, yugo y laberinto, paraíso y edén. Jardín de las Hespérides, morada de desdichas y manzanas doradas, cargado de rosas envenenadas, embriagadas de aquel olor que resucita quimeras, las amamanta y serena. Disfraza de sirenas, condena al sufrimiento.

La pared, aquella pared donde reposo, olvidado, desprendido, condenado, cautivo y libre, preso y desterrado.

"who will trade his karma for my kingdom 
a sacrificial rite to render truth
the fire in my soul rejects my wisdom
cause all you do in life comes back to you"
(Kamelot - Karma)

Quién aceptará mi destino, se ofrecerá voluntario para sufrir. Para abrazar al olvido y la tristeza. Quién osará salvar un reino condenado, sólo salvado por un beso que cada vez está más lejos...

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