jueves, 20 de septiembre de 2012

Ícaros

Sentado, con las piernas pendiendo al filo de aquel acantilado donde el faro del fin del mundo se había apagado. Allí, sedente, cubierto con las negras alas que él mismo había maldecido. Mirando al horizonte. Y todavía una frase resonaba en su cabeza "Os vais a quemar". Cerró los ojos.

Arderé en el infierno mientras tú, sonríes radiante al elevarte en la impunidad de tu pecado. El brillo de tus ojos refleja todo el deseo que mi corazón alberga. Mas no, no es a mi a quien miras. No soy yo la presa de tu avidez, de tu canto de sirena. Y la sombra de este amor me persigue mientras yo deseo la luz de esas mariposas de fuego.

Y sólo ríes si él te mira, y sólo miras si el se ríe, pero no con tu cuerpo, sino con tu alma, donde habita la prístina risa con la que se forjan todos los sentimientos. Y se clava en mi, lacerando mi carne y perforando mi corazón, seco de tanto sangrar, implorando por un poco, sufriendo en la agonía, llorando lágrimas que nacen en puro llanto.

Yo tengo la penitencia de un pecado que no he cometido, pero vosotros... vosotros tentáis a la suerte en cada segundo. Las miradas, las sonrisas. Cada uno engendra una verde arpía, que me devora desde dentro. Y a vosotros os acerca cada vez más al sol.

Ignorantes, orgullosos, ajenos a todo, presa sólo de vuestro instinto. Las Furias os elevan, jubilosos en la liberación de vuestra falta, cada vez más y más alto, donde ya casi no os veo, donde no sois más que un par de dientes de león, que retozan al son del viento, ardiendo por los rayos del sol...

Sentado a los pies de la luz del confín de la Tierra, con las alas intactas, observa como dos sombras sufren el descenso. Su voz, entre susurros, recita aquel recuerdo "Os vais a quemar"...

2 comentarios:

  1. La niña alargó al brazo, para arrebatarle a su madre la esfera de cristal que sostenía en la mano. Ya de cerca, observó la escena: Ícaros, Dédalo... recordó la leyenda. Y la agitó con fuerza.
    - ¡¡No!! -gritó-.

    Plzll^^

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