viernes, 4 de marzo de 2011

Eterna compañera

Me embriagaba la mítica melancolía que me acompaña constantemente. Perenne y continua nostalgia que me acompaña allá donde voy. Acostumbrado a su abrazo, permanezco inmutable mientras llena mis silencios con su incesante canturreo.

Alegre y feliz, ella siempre va allá donde mis pasos me lleven. Sumiéndome en un completo piélago que me azota y flagela, dulcemente, con sus olas embravecidas, pero de terciopelo. Suaves y acolchadas, me mecen aunque su golpe sea fuerte. Y su sal baña mis ojos, humedeciendo esas cuencas que anteriormente se secaron de la espera.

Ella toma para mí las flores que nacen a mis pies, las cuales yo ignoro aunque lleve la vista gacha. Sin fuerzas para mirar al cielo, ella toma las estrellas y me las prende en la ropa. Nunca me falla y nunca me deja solo.

Y aún cuando estoy triste, y mi cuerpo no es siquiera capaz de moverse, cuando mis músculos se anquilosan y mi sonrisa se pone en huelga... incluso en ese momento, ella hace un esfuerzo doble y sonríe por los dos.

Hay quien dice que me hace mal, pero yo no puedo considerarlo. ¿Cómo dudar de alguien que está ahí siempre que lo necesito?

1 comentario:

  1. Me ha recordado a una letraza de Doctor Deseo:
    'Mi niña de siempre, quizás tu seas lo indispensable, querida, cierta y puta soledad..'

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