martes, 29 de marzo de 2011

Dancing with tears in my eyes

La caja de música


Una vez más,
en el ensueño programado
para cuando las buenas personas duermen,
cuando la noche extiende
su magno pañuelo en el azul,
y se nos muestran, ociosas, las estrellas,
un suspiro navega en mi océano interior,
despertando un viejo leviatán,
monstruo de profundos ojos
y de ávido apetito.

Poco a poco, asciende,
con su incesante canturreo,
morir de olas que impactan en su lomo,
y que le acarician con manos de terciopelo,

Y aquel sonido olvidado,
escondido en lo más íntimo,
en lo más negro del piélago,
aviva la condenada llama,
afoga el sentir del varado tritón,
cuya alma pende
del réquiem que entona el monstruo.

Bailando,
bailando mientras sus ojos
son presa de la inalterable sal,
del pesar hialino,
del cristal halógeno,
que forma gotas
que impactan en su pecho,
destruyendo cada recuerdo...

Bailando,
condenado a mostrar la eterna sonrisa,
el semblante sonriente,
la inmensa felicidad,
mientras, dentro de él,
algo llora,
entonando el canto de cisne,
encerrado,
en una caja de música.

16.12 29/03/2011

1 comentario:

  1. Muy culto. Me gustan los poemas que llegan al gran público en una primera lectura. Si no es así solo será valorado en contextos literarios.

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