martes, 1 de junio de 2010

Tanto tiempo

Y aquel ciprés, enhiesto surtidor de sombra y sueño que decía Gerardo Diego, me reta con tal desventura, que ya he perdido.

Vuelve Cronos inapelable a divertirse a mi costa, jugando con la memoria y volviendome loco. Cruel destino, mezquino, malvado, pero tan juguetón como un niño. Me persigue y me entretiene, maldito tiempo inasible, como los granos de un desierto, que me azotan y flagelan... y cuando lloro me reconfortan... maldito tiempo desganado...

Apatía de sentir, de vivir, de crecer... pero no, es la desgana primaveral, la pereza pre-estival, conocedora de los exámenes, esas pruebas que llegan con fuerza... una fuerza que no poseo ni me mueve.

La vagueza... a esa si la conozco... incluso bíblicamente. Perder el tiempo es lo que quiero, eso y nada más. Pensar en el verano, en el mes que entra... Unas vacaciones merecidas, tras el agotamiento mental y físico.... unas vacaciones que vienen cargadas de sueños... como aquel ciprés...

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