Con el paso del tiempo las cosas van cambiando... pero hay siempre una cosa que no se nos olvida (y no me refiero a respirar). Es algo que forma parte de nosotros, como si fuera nuestra esencia (o nuestra alma si fueramos Platón). Algo que, como Rexona (marca registrada), nunca nos abandona. En esta entrada me rindo a ella y os la presento. Ésta es mi esencia:
Selene et Orpheo
De nuevo la rutina
de noches frías.
De sabor amargo, marrón.
De aliento de menta.
Bebidas con espíritu
en mi vaso,
siempre vacío.
Noches en vela,
con la Luna reflejada
en los cristales de mis ojos.
Delante de un campo blanco,
surcado por un veloz caballo negro.
Mi cabalgadura.
Mi corcel, amado,
amigo y amante.
Esa soledad que me acompaña.
Ansiada, temida,
que me deja pensar.
Que me sume en paz.
Me eleva y me entierra.
Deseos anhelados.
Pensamientos deseados,
que se plasman en mi sangre,
derramada en tributo efímero.
Noches frías, en vela.
y sólo la Luna, yo
y mis versos.
Selene et Orpheo
De nuevo la rutina
de noches frías.
De sabor amargo, marrón.
De aliento de menta.
Bebidas con espíritu
en mi vaso,
siempre vacío.
Noches en vela,
con la Luna reflejada
en los cristales de mis ojos.
Delante de un campo blanco,
surcado por un veloz caballo negro.
Mi cabalgadura.
Mi corcel, amado,
amigo y amante.
Esa soledad que me acompaña.
Ansiada, temida,
que me deja pensar.
Que me sume en paz.
Me eleva y me entierra.
Deseos anhelados.
Pensamientos deseados,
que se plasman en mi sangre,
derramada en tributo efímero.
Noches frías, en vela.
y sólo la Luna, yo
y mis versos.