
No me apetece más fingir. No quiero enseñar esa doble cara por la que tengo que sonreírte siempre. Hoy no. Hoy es mi día. Hecho el candado a mi corazón y lo cierro por fuera. Mis ojos ensoñados se quedan haciendo guardia. Y mi mente descansa ya lejos, en las nubes, allí donde no llegas, porque se te han apagado las alas.
Hoy, simplemente, no. Hoy es un día para mí solo. Sólo yo. Nadie más. Nadie que interfiera en mis pensamientos, nadie que interfiera en mis actos. Nadie al que responder, ni ante el cual justificarme. Hoy no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario